Ayer fue uno de esos días peculiares que ocasionalmente vivimos los patinadores. Estos días estoy asistiendo a un curso de community manager, salgo con el tiempo tan justo que me llevo a clase los patines. Al terminar en la misma clase me calzo los patines y salgo directo al punto de encuentro.
Estaba de camino cuando fui consciente del clima, el cielo auguraba tormenta de hecho en momentos note un leve chispeo.
Con condiciones tan adversidad habitualmente cancelo, no obstante no me dio tiempo por lo que pasará lo que pasará subo al punto de encuentro. Mientras me dirigía al encuentro tres amigos me confirmaron. Siempre me sorprende ver los que a pesar del clima nos arriesgamos a patinar.
En el punto de encuentro estuvimos esperando a uno de los miembros, pero este no fue nuestro último contratiempo. Cuando llego el último tuvo un problema con el patín, tratamos de arreglarnos lo que nos demoró mucho y finalmente no solucionar nada.
Finalmente solo salimos tres pero a los pocos metros el tercer patinador fue consciente que al salir tan tarde tendría que trasnochar y se retiro.
Aquí empieza la parte interesante, cuando nos quedamos un grupo reducido podemos probar recorridos nuevos o improvisarlos. Al terminar la noche nos salió un recorrido con muchas posibilidades para trasladarlo al resto grupo.
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